miércoles, 16 de septiembre de 2009

No se tratar a la gente que se pone a llorar

Me parece que es algo que odio. Pero no no saber tratarla, sino que la gente se ponga a llorar delante de mí. No estoy diciendo que hice llorar yo, a esa persona. Sino, simplemente que lloren delante mío. Por lo general me irrita.
Y encima me incomoda, porque no sé cómo actuar.

Todos reaccionan de alguna manera ante estas situaciones. La mayoría lo primero que hace es abrazar al dolido. Es clásico. Un abrazo. Una mano en la espalda, en el hombro. En silencio, para que la otra persona, desahogue.
Otros le dicen cualquier cosa para que se sienta mejor, que no se haga problema, que todo va a estar bien. Y la realidad es que no tienen ni la menor idea de qué va a pasar, y a veces no tienen ni la menor idea de qué le pasa a la persona que esta llorando! Así y todo, aseguran que todo cambiará, y que ya pasará el mal momento.
Otros intentan hacer reír al lloroso, para que deje de sufrir. No se avivan de que tal vez estén molestándolo. Le cuentan un chiste, le hablan de cualquier cosa, le hacen un comentario sobre la situación jodida, que para ellos resulta gracioso, pero que lo más probable es que estén revolviendo el dedo en la herida del sufrido.
Y más vale que estos tres tipos de consuelos, pueden mezclarse y combinarse en una misma persona.

Bien, mi manera de actuar ante la gente que llora frente a mí, es bastante distinta a estas que describí, y podría decir que se resume a dos factores.
El primero es que no tengo manera de saber lo que la otra persona necesita. No se si necesita alguien que la abrace, no se si necesita alguien que le diga que va a estar todo bien (aunque no sepa cómo va a estar todo), o si necesita alguien que la haga reír, por más boludo que sea el intento, y por más boludo que sea el chiste.

Como en mi caso, las veces que he llorado, lo único que quería era que no me estén encima y no me rompan las bolas, sin abrazos, ni discursos, ni bromas, hago lo que me parecería correcto que hagan conmigo: me quedo parado frente a la otra persona, esperando que termine de llorar.
Ya que no se qué hacer, prefiero no hacer nada.

Si la persona llora en mi hombro, es señal de que quiere que le de un abrazo.
Si la persona me habla y me pregunta cosas, intuyo que quiere palabras de aliento.
Pero si simplemente llora... Qué hago?!?!?
Me incomoda mucho. Por eso lo odio. Me quedo ahí sin hacer nada..porque tampoco da para irse. Así que me quedo ahí, por si necesita algo, si me pide algo, pero sin hacer NADA.

La segunda razón que me lleva a la indiferencia al ver llorar a alguien, -y es muy importante destacar que es el factor más fuerte de los dos, el que se aplica en la mayoría de las veces- es que casi siempre me parece una boludez la razón por la cual lloran. Eso me genera bastante rabia. Me da a pensar que la persona se hace la víctima, y que lo único que quiere es que nos demos cuenta cuánto está sufriendo.
POR ESA MIERDA LLORÁS? NO TE CREO!!! HAY COSAS PEORES LOCO! ESO NO ES PARA LLORAR, NO ES PARA TANTO, NO JODAS!!

En fin, lo que propongo no es que no lloren. Si quieren hacerlo, háganlo. Todos lo hicimos alguna vez. Si no pueden contener el llanto, lárguenlo. Pero aléjense de mí al hacerlo. O avísenme, y me voy yo.

Por eso, dando cierre al tema digo que, por las situaciones de este estilo que me ha tocado presenciar (o al menos imaginándome el momento de alguien llorando), me doy cuenta de que sólo podría bancarme ver llorar a alguien que aprecie mucho. Sea mi hermana, mi madre, o en su momento, mi novia. No se me ocurre otra persona. Nunca tuve paciencia para otro..

Y requisito fundamental: TIENE QUE SER MUJER.

martes, 15 de septiembre de 2009

Pensamientos varios.

Ahora que empiezo a hacer el análisis un poco más profundo, me doy cuenta que lo que me cansó no fue ella. Sino el entorno.
O quizás es que la estoy extrañando tanto que me olvido de los defectos que ella tenía, y me creo que la dejé porque factores externos me forzaron a hacerlo.
Hoy en día ya no se cual es la verdad.

Me estoy auto-convenciendo. Creo sentir el amor de siempre por ella.
No se había apagado como creía. La extraño. La extraño de verdad. Parece a propósito que solo me acuerde de las cosas buenas que pasaban.
Intento analizar más fríamente y poner en la balanza toda la relación. Las cosas buenas, y las cosas malas.
El problema es q las malas ya no me parecen tan malas.
No me queda tiempo para mi.
Del fin de semana, que es mi único tiempo libre, tendría que cancelar los partidos del domingo, visitar menos a mi hermana que va a ser mamá, viajar mucho más, dejar de salir los sábados.
Hay cosas más sacrificables que otras. Otras no hace falta sacrificarlas, ya que se pueden trasladar de día. Y hay otras que las podemos compartir.
Pero requiere…esfuerzo.

Además ella no es tan sociable como a mi me gustaría. Es más bien callada. Habla cuando tiene algo interesante para decir. Sino, prefiere escuchar.
Y no está interesada en conocer más gente..mi gente.
Al final al parecer terminó cediendo y asumiendo que era ella la que estaba equivocada, y que sería bueno que se involucre un poco más en mi mundo.
Pero no por la relación, o para que a mi me sea mas fácil, sino porque a ella le gustaría hacerlo. Por interés propio.
No se cuanto tendrá de verdad eso, pero si es un 100% verdadero, resolvería un par de inconvenientes.

Lo que compartí con ella no lo creo posible con otra persona.
No se si voy a confiar tanto en otra mujer, si voy a tener tanta confianza para vivir como vivía con ella. Compartía todo. Y ella me aceptó así como soy.
No escondía nada. No tenía necesidad de mentirle en ninguna ocasión.



Me olvidé como se vivía sin vos.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Mañana agitada.

Qué mañana de mierda.
Desodorante hijo de mil puta no aparecía. Y eso que me levanté temprano. Siempre pasa lo mismo.
Me baño, pero como se que tengo tiempo hago todo tranquilo..demasiado tranquilo.
Tanto que se me termina haciendo tarde, como todos los días.
Y el desodorante hijo de puta que no aparecía.
Subí, bajé, volví a subir, volví a bajar..y el desodorante hijo de puta que seguía sin aparecer..
8: 07!!!! Y el tren pasa en un minuto!! (eso si es que pasa puntual, cosa que sucede una sola vez al mes)
Me resigno y salgo..ya con bronca.
Me parece escuchar el colectivo. Me apuro. Confirmado, escucho el colectivo, puteo y me apuro. Abro la reja, apago la luz, cierro la puerta, me apuro, llego a la puerta de calle, y el colectivo que pasa por delante de mi cara. Insulto otra vez, pateo la reja, sigo insultando. Salgo, bufando y pensando más insultos, pero sin decirlos.
Arranco a caminar, mirando al colectivo desde atrás cómo se va, y puteándolo en mi mente.
Hago dos cuadras, intentando agudizar mi oído, para ver si viene el tren.
Camino rápido, pero no puedo correr por el dolor de la cadera. Me duele el golpe todavía, aunque haya sido el domingo pasado.
Sigo caminando, me persigno al cruzar la virgencita, pero sin prestarle la atención que merece. Sigo pensando insultos, y adivinando que el tren va a pasar en cualquier momento, y que es más que obvio que lo voy a perder, porque ya me levante del orto.
Hago media cuadra más y me parece escuchar un tren.
Electrico?, Diesel? Agudizó aún más el oído…… DIESEL!
HIJO DE UNA GRAN PUTA! El cornudo no tocó bocina. Por más que la hubiese tocado no lo alcanzaba, porque no puedo correr. Pero no me importa, me da bronca igual.
Puteo, bufo, pienso insultos y no los digo. Gruño.
Sigo caminando apurado, por más que hasta dentro de 20 minutos no pase otro tren.
Me miro la corbata. La tengo puesta como el culo, muy larga, me pasa del cinturón. Me da más bronca.
Llego. Saco boleto sin saludar y sin agradecer. Me siento y rehago el nudo de la corbata, luego de 4 intentos fallidos y puteadas varias murmuradas.
Subo al tren en el primer vagón, para ahorrar tiempo, y no tener que esquivar boludos en la terminal.
Pongo un par de temas como para relajarme un poco.
Me relajo un poco, aunque cada vez que miro el reloj, bufo, y pienso más insultos.
Son las 11:47 y recién ahora me estoy calmando.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Pero la extraño.

En definitiva me fui por la distancia.
Al menos eso deduzco ahora que me lo dicen Los Charros.
La lógica dice que ellos simplemente cantan, y si uno se pone como el culo se pone a analizar sus canciones, e intentar sacar conclusiones de una simple canción de cumbia; y si uno esta contento las baila con una birrita en la mano, cantando, pero sin saber lo que canta.

Me dicen que me fui por la distancia..
Y porque la hermanita rompia un poco los huevos..
Ojo! no lo digo por mala persona..pero los niños y yo no somos muy compatibles, cuando gritan las cosas, y se quejan mucho.

Que yo recuerde no gritaba tanto de chiquito. y me portaba mejor.
Mi mamá me decía que yo era muy paciente. Que mientras ella pasaba el trapo en el comedor, yo me sentaba en uno de esos sillones viejos que teníamos antes, y me quedaba ahí, desenredando un ovillo de lana, para que ella después tejiera algo.
En realidad ese ovillito no lo iba a usar seguro, porque si estaba anudado, sería cortito.
Pero yo lo desenredaba igual.
Con mucha paciencia por cierto.
Pero eso era cuando tenia dos años, y usaba enteritos de jean. Ahora uso otra ropa (aunque me gustaría volver a usar enterito de jean), y perdí la paciencia que tenía en aquel entonces.
Reconozco que gran parte me la quitó la vida laboral y de estudiante que llevo.
Viajar con los minutos contados a todos lados, esquivar viejas que boludean en andenes y veredas, gente irrespetuosa que prende un cigarrillo y te tira el humo en la cara como si a vos te encantara. Trato de tener en cuenta todas esas actitudes, para después no repetirlas yo.

Esto también debe haber influído...porque todo sumaba para que fuera perdiendo la paciencia.TODO sumaba..
La distancia, la hermanita, la vieja del anden, los fumadores, los viajes, los minutos que me corren.

pero ...

la extraño.